Ya puedo decir que he corrido la Behobia - San Sebastian, y a de más, que repetiré seguro! Que gran carrera oigan!!
Partimos el viernes por la mañana con los amigos de
Ninots, amantes del atletismo como pocos, con los que nunca dejo de aprender. Así que el viaje fue ameno y cuando quise darme cuenta, ya estábamos haciendo una hora de carrera continua por la Concha. Durante la semana apenas rodé nada, ya que recién salía de un largo constipado que año tras año hace mella en mis entrenos invernales. Ese día no, tranquilamente hubieran caído un par de horas. Se respiraba un gran ambiente en la Concha, lleno de atletas realizando sus ultimos rodajes y espectadores contemplando la furia del Cantábrico. Una maravilla.
La sidra fue la protagonista de la noche del viernes.
Petritegi una sidrería situada en Astigarraga a pocos minutos de Donosti, lleno nuestros famélicos estómagos. Tortillas de bacalao, bacalao frito con pimientos, chuleta, nueces, queso, membrillo, sidra y más sidra. Un menú de campeones!!
La mañana del sábado arrancó con 30 minutos suaves de rodaje para limpiar toxinas. Aunque el día era soleado, y seguía el magnifico ambiente por Donosti, ya costo un poco más. La noche pasa factura...
Recogimos el dorsal en una feria del corredor abarrotada de gente. Entre ellos Javier Gomez Noya.
No fue fácil salir de la feria con las manos vacías. La tentación era grande, pero lo conseguimos. Algunos decidimos comer en el apartamento. Pasta fue la comida y también la cena, cumpliendo así el manual del buen corredor. Dedicamos la tarde a descansar y ultimar todos los preparativos para el día D.
Y si, por fin llego! A las 7 de la mañana tocamos diana. Tostadas, huevos, cereales y café. Cada uno sabe lo que debe tomar, no hay experimentos el día de la carrera. Tomamos el tren hacia Irún, donde nos esperaban, Ana y Raquel que nos acompañaron a su casa. Café, bizcocho, un lugar donde cambiarse y ponerse las pinturas de guerra. Un lujo, gracias.
La lluvia anunciada estaba cumpliendo con su cometido, tocaría correr a la vasca! Nos colocamos en primera linea de la segunda salida, esperamos uno 20 minutos y ya!
Los primeros tres quilómetros me deje llevar por el grupo, y en este punto alcance a Joan:
- 11:20 el primer tres mil, vamos rápido, yo voy a regular. - me dijo.
Me encontraba muy fino, y consciente de lo que estaba por venir, decidí seguir mi ritmo y probar suerte.
El viento soplaba con fuerza en los 2 quilómetros de subida al alto de Gaintxurizketa. Detrás del mas alto del grupo, a ritmo, coroné para enlazar con una zona de toboganes y pasar el 10 en 39:36 con muy buenas sensaciones. Arropado por un público que no paro de animar en todo el recorrido, a pesar de la lluvia que no cesaba ni un minuto, increíble. Un 10 para ellos.
Hasta el quilómetro 13 o 14, no sabría decirlo con exactitud, el cuerpo respondía. Entramos en el astillero, zona completamente llana, y allí empezó el sufrimiento. Las piernas no respondían con la cadencia adecuada y poco a poco fui bajando el ritmo. La falta de entrenamientos empezó a pasar factura. En el 15 me alcanzo Joan, que izo una carrera cojonuda, terminando en 1:18:48. Bravo!
Yo, decidí no intentar cosas raras los últimos cinco, terminando dignamente y disfrutando del calor del público, con un tiempo de 1:20:18. Nada mal si tenemos en cuenta la falta de entrenos, pero con esa sensación de haberlo tenido muy cerca. El próximo año será.
El resto de compañeros cumplieron magistralmente con sus objetivos.
• Xavi, como un avión terminó en 1:10:48, algo al alcance de muy pocos.
• Jesus, sin marcarse la carrera como objetivo 1:13:18
• David 1:13:34
• Mingu, primera vez que pasaba de los 10 quilómetros 1:48:16
A de más, Jordi que no pudo correr por lesión, Valeria y Vanessa, aguantaron el tremendo chaparrón, apoyando y animando sin tregua. Gracias!
La vuelta siempre es dura, pero nos queda el recuerdo de una de las grandes carreras del país, y la ilusión de correrla el próximo año.
